
La circulación venosa devuelve la sangre hacia el corazón y los pulmones. El hecho de estar mucho tiempo de pie o sentado hace que el retorno de mayor cantidad de sangre, acumulada en dichas posiciones, tienda a dilatar las venas. Si las venas están sanas y fuertes resistirán esa presión, pero si son frágiles tienden a dilatarse y dificultan el retorno de la sangre. Esto condiciona la aparición de la enfermedad venosa crónica.
Cuando la sangre se estanca en las venas de las piernas, los glóbulos blancos pasan a través de las venas hacia los tejidos (músculos, grasa, piel) donde liberan sustancias que producen una inflamación crónica con dolor en las piernas, hinchazón y deterioro progresivo de la piel y del tejido subcutáneo.
Consejos para prevenir la enfermedad venosa crónica y proteger las venas
- Mover frecuentemente pies y piernas. No estar mucho tiempo sentado o de pie.
- Elegir el deporte adecuado y realizarlo con calzado adecuado. Caminar, ciclismo, natación y baile son muy apropiados, mientras que tenis, squash, balonmano y baloncesto no son aconsejables.
- Evitar fuentes de calor ya que este estimula la dilatación de las venas.
- Elegir temperaturas bajas. Son recomendables las duchas de agua fría en las piernas y caminar por el agua fresca.
- Utilizar ropa adecuada, que no sea muy ajustada para no comprimir el retorno.
- Evitar el estreñimiento y el exceso de peso porque ambos producen aumento de la presión venosa.
- Usar calzado con tacones cómodos. Se recomienda un tacón de 3-4 cm, por lo que, evitar tacones altos y zapatos planos.
- Masajear las piernas desde el pie hasta el muslo mejora el retorno venoso.
- Mejorar el retorno venoso mientras dormimos elevando los pies 10-15 cm ya que mejora la estasis venosa mientras estamos acostados.
- Visitar a su médico ante cualquier síntoma de enfermedad venosa. Hay medicamentos y productos que pueden favorecer o empeorar los síntomas venosos.