
El 13% de la población española utiliza lentes de contacto. La estética y la comodidad son las razones principales; sin embargo, un uso indebido puede provocar diferentes problemas a corto y largo plazo. Estos son los principales errores:
- Alargar su vida útil
Es importante seguir estrictamente las indicaciones del fabricante y prestar atención a su fecha de caducidad y horas de utilización, ya que las lentillas, desde que se estrenan, empiezan a perder propiedades muy importantes para garantizar su uso seguro.
- No tener cuidado con el maquillaje
El maquillaje de ojos puede quedar en las manos o rozar las lentillas al ponérselas. Si las lentes de contacto no son desechables, es también importante desmaquillarse exhaustivamente.
- No lavarnos bien las manos
La correcta higiene es fundamental para que las lentes y los ojos no se contaminen con microbios patógenos. Así pues, antes de poner o quitar las lentillas se deben lavar las manos con un gel pH neutro, a ser posible, y secarlas bien con una toalla o paño para que no queden restos de pelusas.
- Dormir con ellas puestas
Se trata de un error común que provoca que el ojo no reciba suficiente oxígeno, algo que puede inflamar y agrietar la córnea.
- Utilizar productos inadecuados para su limpieza
Las lentes de contacto se deben limpiar con el líquido correspondiente. En ninguna circunstancia se debe utilizar agua o saliva, puesto que contienen millones de microorganismos bacterianos capaces de dañar los ojos.
- No limpiar el estuche donde se guardan
Para limpiarlo se debe utilizar el líquido desinfectante de las lentillas, evitando emplear agua. Además, se debe ubicar en zonas sin humedad o agentes contaminantes, como el baño, ya que puede contribuir a la creación de hongos y a la entrada de bacterias.
- Ducharse o nadar con ellas puestas
Se trata de un error muy común que se debe evitar, ya que el agua, aunque parezca limpia, contiene gérmenes y puede provocar infecciones oculares, como conjuntivitis. Además, el jabón puede alojarse en las lentillas, dañándolas e irritando los ojos. En caso de la piscina o el mar, esta agua contiene multitud de bacterias que deterioran la lentilla.
- Reutilizar el líquido desinfectante
Se debe renovar diariamente para evitar infecciones.
- Ponérselas con el ojo cansado
No es aconsejable colocarse las lentillas nada más levantarse, puesto que el ojo necesita adaptarse a la luz, o en los días en los que se ha dormido poco.
- Frotarse los ojos
De haberse introducido suciedad junto con la lente, podríamos acabar provocando una herida o úlcera en el ojo. Además, las lentillas no deben causar incomodidad, por lo que, si se sienten picores, irritación, visión borrosa o se mueven demasiado, es importante retirarlas.
En caso de irse de viaje, recomendamos llevarse siempre las gafas por si sucediera algún percance con las lentillas.
Siga siempre las indicaciones de su profesional de confianza y, en caso de dudas, consulte a su óptico u oftalmólogo.