
La música forma parte de nuestra vida y es capaz de cambiar nuestro estado de ánimo. Tiene, pues, un gran poder sobre las emociones, pero también un impacto significativo en la mejora de la salud física.
Según la OMS, la música contribuye a disminuir la percepción del dolor y la ansiedad de los pacientes, sirviendo de complemento en el tratamiento médico. Así, según sus investigaciones, las artes apoyan la cognición en personas con demencia y Alzheimer, mejoran la atención, la memoria episódica y la función ejecutiva, reducen los efectos secundarios del tratamiento contra el cáncer, y ejercen un gran papel en enfermedades no transmisibles y neurológicas.
En definitiva, las artes, y en concreto la música, desempeñan un papel fundamental en la salud:
- Escuchar música proporciona beneficios a nivel mental (reducción del estrés y la ansiedad), disminuye la frecuencia cardiaca y la presión arterial, estimula la producción de endorfinas (las hormonas de la felicidad), mejora los trastornos del sueño y ayuda a controlar el nivel de glucosa en la sangre.
- Tocar un instrumento activa las áreas cerebrales, mejora el sistema inmunitario, desarrolla la capacidad de concentración, favorece la disciplina y ayuda en la gestión del estrés.
- Bailar aporta energía y beneficios físicos y mentales, con mejoras significativas en las funciones motoras de las personas con enfermedad de Parkinson.
- Las actividades musicales grupales favorecen la socialización, fortalecen los lazos con otras personas y mejoran las relaciones sociales.
- Cantar: mejora la respiración, reduce el estrés, fortalece la memoria y mejora la postura.
Además, la variedad de estilos de música contribuye a que se pueda adaptar a las necesidades de cada persona y edad para proporcionar tranquilidad, alegría, esperanza, motivación… Juntamente con esto, su flexibilidad ofrece muchas vías para involucrar a grupos de diferentes culturas o con diferentes enfermedades.
Por todo ello, la música tiene un papel en la mejora de la calidad de vida de todas las personas, y es un gran recurso para favorecer el desarrollo emocional y sensorial.