
La catarata es la opacificación (pérdida de transparencia) total o parcial del cristalino (una de las dos lentes naturales que tenemos en el ojo), que reduce progresiva y lentamente la visión.Una catarata puede ser la causa por la que una imagen nítida se vuelva borrosa, los colores brillantes se apaguen, haya problemas de deslumbramientos o la visión nocturna disminuya.
También puede provocar cambios en la graduación, lo que puede ser la razón de que el paciente note que puede leer sin necesitar sus gafas de cerca o que las progresivas parecen no servir ya de ayuda. Puede aparecer una miopía que nunca había existido, es decir, que se vean desenfocados los objetos lejanos.
Debemos tener claro que la catarata siempre avanza, indefectiblemente nos irá quitando cada vez más visión. No hay medicamentos, hábitos de vida o dieta que influya en su aparición, retrasándola. Cuando se produce la catarata tenemos que cambiar esa lente natural por una artificial, nueva. Por tanto, el tratamiento de una catarata es exclusivamente quirúrgico.
El factor de riesgo que más influye en la aparición de una catarata es la edad. En realidad, la catarata no es más que el envejecimiento del cristalino, por lo que todos tendremos una catarata si vivimos suficientes años. La mitad de la población entre 65 y 75 años tiene cataratas y por encima de los 75 años, el 75%.
Tratamiento quirúrgico: lo primero que habría que plantearse es cuando es el momento adecuado para realizar la cirugía de la catarata. En realidad, es un procedimiento que se puede llevar a cabo en cualquier momento de su evolución, pero hay que tener en cuenta que:
La catarata va evolucionando continuamente, al final la solución va a ser siempre la cirugía, y cuanto más madura es la catarata más dificultad tiene la cirugía y mayor es el riesgo de complicaciones. Por eso, de forma general, el momento más adecuado para la cirugía de cataratas sería cuando el paciente empieza a notar dificultades para su vida cotidiana.
La técnica que empleamos es la facoemulsificación por una pequeña incisión. Introducimos por una microincisión (entre 1.8 y 2.2 mm) un terminal de ultrasonidos con el que vamos fragmetnado el núcleo de la catarata, respetando su cápsula, y aspirando los fragmentos que hemos producido. Posteriormente introducimos una lente plegable, de un material sintético, dentro de ese saco cápsula, con la que intentamos corregir defectos refractivos que hubieran previos a la cirugía (hipermetropía, miopía, astigmatismo, presbicia). Por tanto, ¿cuáles son las ventajas de esta técnica? Muy poco tiempo en el quirófano. Sin dolor. No es necesario pinchar anestesia ni dar puntos de sutura. No necesitará ingreso ni hospitalización y unos minutos tras la cirugía se podrá ir a casa.
La recuperación visual es rápida y la reincorporacióna su vida cotidiana serán en días. Necesitará pocas visitas postoperatorias, generalmente tres. Podremos corregir el defecto refractivo previo que tuviera (miopía, hipermetropía, astigmatismo o presbicia), dependiendo de la lente intraocular que implantemos y reduciendo por tanto la necesidad de utilizar gafas posteriormente. No necesitamos suspender la medicación de ningún paciente, lo cual es especialmente importante ne pacientes anticoagulados. No importa la edad o las enfermedades que tenga un paciente. Siempre podremos realizar una cirugía sin hospitalización.
Dr. Enrique Artiaga Elordi-Especiaista en Oftalmologia.
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