
La neumonía es una inflamación del parénquima pulmonar debida a un agente infeccioso. Cuando afecta a la población general se denomina neumonía adquirida en la comunidad o extrahospitalaria (NEH), para diferenciarla de las que aparecen en pacientes ingresados en un hospital, que tiene un agente causal distinto y, en general, peor pronóstico.
NEUMONÍA EXTRAHOSPITALARIA
La neumonía extrahospitalaria no es un proceso único, sino un grupo de infecciones causadas por diferentes microorganismos y que afecta a diferentes tipos de personas, lo que condiciona una epidemiología, una fisiopatología, un cuadro clínico y un pronóstico específico.
La incidencia real de la NEH es difícil de establecer porque un gran número de casos no llegan a ser diagnosticados con certeza. La incidencia anual en adultos oscila entre 1,6 y 13,4 casos por cada 1000 habitantes, con tasas significativamente superiores en edades extremas de la vida y en varones.
La NEH es la infección que con mayor frecuencia justifica el ingreso de un paciente en un hospital y la causa más frecuente de muerte de origen infeccioso.
Más de un centenar de microorganismos pueden causar una infección respiratoria, aunque ante una NEH siempre debemos pensar en el neumococo como microorganismo responsable y tener en cuenta, además, la situación epidemiológica local.
Los microorganismos pueden alcanzar la superficie del epitelio respiratorio por distintas vías: extensión directa, diseminación por sangre, por vía inhalatoria y mediante la colonización de la superficie mucosa. La inhalación es la vía más frecuente de alcanzar el tracto respiratorio para los virus, organismos atípicos, hongos y microbacterias. Pero el mecanismo habitual de producción de la neumonía es mediante la colonización previa de las vías aéreas superiores y posterior aspiración de secreciones contaminadas. La flora orofaríngea de una persona normal contiene una flora compleja de diversas especies de microorganismos aerobios y anaerobios que, en conjunto, permanecen bastante estables a lo largo del tiempo.
Una vez que se produce la colonización de las vías aéreas superiores por microorganismos potencialmente patógenos, la aspiración de incluso pequeñas cantidades de estas secreciones es la forma habitual de inoculación del tracto respiratorio inferior.
La neumonía se caracteriza por la presencia de fiebre, afectación del estado general y cualquier combinación de síntomas atribuibles al aparato respiratorio, tales como tos (90%), expectoración (66%), dificultad para respirar –disnea- (66%), dolor torácico (50%) y expectoración sanguinolenta -hemoptisis- (15%). Se acelera la respiración, los latidos cardíacos -pulso- y aumenta la temperatura.
El abandono del hábito tabáquico y del consumo excesivo de alcohol, así como el control de las enfermedades crónicas subyacentes son un aspecto importante en la prevención.
La vacuna antineumocócica contiene los serotipos responsables del 90% de las neumonías bacterianas. Deben vacunarse todos los mayores de 65 años y los inmunodeprimidos con mayor riesgo de enfermedad por neumococo o sus complicaciones. Se aconseja la revacunación cada 6 años.
La vacuna antigripal puede evitar la neumonía, tanto vírica como bacteriana secundaria, en ciertos pacientes. Se debe administrar todos los años durante los meses de otoño a personas con riesgo de sufrir complicaciones por un cuadro gripal y a aquellos con peligro de transmitir la infección a personas de alto riesgo
NEUMONÍA INTRAHOSPITALARIA
Se define como neumonía intrahospitalaria (NIH) o nosocomial a la infección del parénquima pulmonar que se presenta después de, como mínimo, 48 – 72 horas de hospitalización.
Dado que su curso y que los microorganismos causales son diferentes a los que causan las neumonías adquiridas en la comunidad, las NIH constituyen un subgrupo aparte dentro de las infecciones del aparato respiratorio. Su incidencia es de 4 a 7 casos por 1000 altas hospitalarias y en los pacientes que requieren intubación orotraqueal prolongada la incidencia aumenta al 25%.
La causa más frecuente es la microaspiración de contenido orofaríngeo y/o gástrico colonizado por bacterias. Otros mecanismos causales serían la inoculación directa de microorganismos a las vías aéreas a través de aerosoles contaminados o por diseminación a través de la sangre de focos sépticos localizados en otras partes del organismo.
La clínica es similar a la de las neumonías en general, pero posee algunas características peculiares.
La NIH tiene una mortalidad muy elevada, que oscila entre el 25% y el 50%. La mortalidad es mayor cuando la neumonía se adquiere en el transcurso de la ventilación mecánica.
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