
La práctica del ciclismo nos sirve para estar en buena forma física, con los consiguientes beneficios para la salud, con la ventaja añadida de que, al ser una actividad física sin impacto, causa muchas menos molestias musculares y osteoraticulares.
El ciclismo, realizado de manera racional, tiene un claro efecto beneficioso en los principales factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular. Está ampliamente demostrado que una baja condición física cardiovascular es un importante factor de riesgo para todas las causas de mortalidad en hombres y mujeres.
El ciclismo, al igual que los otros ejercicios aeróbicos, mejora la regulación de la glucosa (importantísimo para el diabético), disminuye las cifras de la tensión arterial y disminuye la obesidad abdominal.
El envejecimiento está asociado a un acúmulo preferencial de grasa en la región abdominal, especialmente en los hombres. Hoy día sabemos que la obesidad abdominal (perímetro de cintura) incrementa el riesgo de enfermedad cardiovascular, independientemente de los otros factores de riesgo. Cualquier ejercicio prolongado, como el ciclismo, puede reducir los almacenes de grasa corporal total.
Otro aspecto muy importante de la salud es la llamada salud músculo-esquelética, pues está muy relacionada con la calidad de vida de los adultos. Los dos componentes más importantes de esta salud serían la osteoporosis y la pérdida de masa y fuerza muscular.
Con la edad aumenta la pérdida de fuerza y masa muscular. Esta disminución está asociada a un incremento en el risgo de caídas, baja densidad mineral ósea y fracturas de cadera. Además, la disminución de fuerza muscular es un factor importantísimo para que la persona adulta se mantenga activa.
La baja densidad mineral ósea del hueso disminuye notablemente a partir de los dos años de la menopausia debido a causas hormonales como son la disminución de los estrógenos. El ejercicio aeróbico, como es el caso del ciclismo, influirá de forma beneficiosa a la mineralización correcta del hueso, tanto por el ejercicio en sí, como por el efecto beneficioso de la luz solar y su aporte de vitamina D.
Con la edad hay una pérdida de fuerza y masa muscular. Está claro que cualquier ejercicio que mantenga o aumente la masa y la fuerza muscular será benefcioso para la salud.
El ciclismo, al aumentar la fuerza de las piernas, si se acompaña de ejercicios de la musculatura abdominal y de los brazos, mejorará la salud musculo-esquelética.
D. Juan Antonio Andreo LIllo – Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
La información publicada en este medio no sustituye ni complementa en modo alguno la atención directa de un médico, ni su diagnóstico, ni el tratamiento que prescriba; tampoco debe utilizarse para el autodiagnóstico.
El uso que haga el lector de este servicio se realiza bajo su exclusiva responsabilidad.
ASSSA recomienda que para cualquier cuestión relacionada con su salud consulte siempre con un médico.