
Los avances tecnológicos y los cambios en el estilo de vida han propiciado que la esperanza de vida de los ciudadanos sea cada vez mayor y como consecuencia tener un elevado número de personas de elevada edad en la población. Por ello, hay que promover la idea que mantenerse activo y hacer ejercicio regularmente puede ayudar a prolongar la vida y evitar o retrasar algunas enfermedades o discapacidades.
Para asegurarse que el ejercicio es el idóneo para todas las personas mayores, incluso pacientes con diferentes enfermedades crónicas, y para que puedan hacer ejercicio con total seguridad y tranquilidad, es recomendable que antes de comenzar con la práctica de ejercicio se requiera pasar una evaluación donde se incluya historial médico y patologías recientes. Este historial debe ser realizado por parte de personal sanitario cualificado y tener en cuenta el estado de cada uno para adaptarle el ejercicio que mejor le convenga.
Son muchos los beneficios que aporta el deporte: Sociabilidad, mejora de las condiciones físicas, mejora de dolencias, remediar o disminuir riesgo de patologías, entre otras muchas cosas. El trabajo de la resistencia ayuda a mejorar el sistema cardiovascular, la activación del metabolismo, la capacidad respiratoria. Por otra parte, el trabajo de la fuerza ayuda a mejorar problemas de osteoporosis, mantenimiento del tono muscular y disminuir efectos de atrofia.
Las instituciones dedicadas a la salud se centran en recomendar actividades de tipo aeróbico, entrenamiento de la fuerza con cargas ligeras y la flexibilidad. Todo esto con el objetivo de prevenir las enfermedades relacionadas con los sistemas cardiocirculatorio, respiratorio y también con las que influyen sobre los músculos esqueléticos.
Cada vez es mayor el número de ofertas de programas deportivos para personas mayores y cabe recordar y hacer hincapié en que la práctica deportiva no sólo contrarresta las dolencias propias de la vejez (cardiopatías, enfermedades reumáticas, artrosis, hipertensión, diabetes, etc.) y mantiene la capacidad funcional de la persona, sino que también estimula aspectos psicológicos (autonomía personal y seguridad en sí mismo), emocionales y sociales con el objetivo de mejorar su calidad de vida.
D. Juan Antonio Andreo Lillo – Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte
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