
El síndrome de las piernas inquietas se manifiesta durante el sueño y consiste en la aparición de movimientos de las piernas con una periodicidad regular y que pueden inducir a microdespertares que fragmentan y desestructuran el sueño, dando lugar a hipersomnia diurna y/o insomnio.
Se revelan como disestesias progresivas profundas, normalmente de forma dolorosa o de hormigueo, asociada a un impulso irresistible de mover las extremidades afectadas. Este trastorno de origen neurológico tiene una mayor incidencia en mujeres y adultos de edad avanzada.
Entre las causas más conocidas, destacan el déficit de hierro, la insuficiencia renal y las neuropatías periféricas provocadas por lesiones en el sistema nervioso.
Para prevenir y evitar afecciones mayores, desde consulta se debe averiguar los niveles de ferritina en sangre, al igual que descartar causas de polineuritis tales como uremia o diabetes, entre otras. Lo más recomendable para el tratamiento de esta enfermedad es acudir a especialistas en el campo y a las unidades del sueño, ya que son los equipos mejor preparados para el estudio y tratamiento de este síndrome.