Durante esta fase de alarma y confinamiento nos podemos ver sujetos a alteraciones bruscas de nuestro bienestar social, con repercusiones anímicas de tipo emocional y también repercusiones anímicas por nuestra situación laboral e incertidumbre económica. Todo esto nos va a conducir, frecuentemente, a una situación de disomnia o trastorno del sueño y esto se traduce en una afectación de nuestra vida diurna y a las relaciones con nuestro entorno familiar que es el más expuesto.
El insomnio es la percepción que un sujeto tiene de un sueño de mala calidad, insuficiente y poco satisfactorio. Se siente impotente frente a la imposibilidad de obtener un sueño adecuado. La falta de sueño nos conducirá a una serie de trastornos diurnos, fatiga, irritabilidad, ansiedad, falta de concentración, disminución en el rendimiento laboral…
Consejos para combatir el insomnio:
- Fijar un horario de actividades de la vida diaria. Podríamos llamarlo “reloj diario”. Adaptarnos lo mejor posible a nuestro estado de confinamiento en casa con las actividades que llevábamos o deberíamos llevar antes de la reclusión. Importante ordenar las actividades familiares con nuestros hijos y nuestra pareja.
- Alimentación equilibrada. Puntual. Atenerse a horarios para desayuno, comida y cena. Ojo con el consumo de bebidas alcohólicas. Hidratación correcta y regular.
- Ejercicio Físico. Importantísima la actividad física de forma regular y, a ser posible, pautada. Adecuarlo a nuestra condición física particular, edad, lugar de confinamiento de cada familia… Los que ya hacían deporte de forma regular y pautada deberían ponerse en contacto con sus preparadores físicos habituales por vía telemática para individualizar su actividad. Los no habituales o esporádicos en las actividades físicas pueden buscar páginas web adecuadas en Internet, donde expertos aconsejan sobre los ejercicios a realizar, cómo y con qué intensidad.
- Si no se padece un trastorno crónico del sueño y, por tanto, no se está sujeto a tratamiento con ansiolíticos o inductores del sueño, NO debemos hacer uso de estas sustancias, tanto por los efectos secundarios que pueden presentar, como por el hábito a que nos pueden llevar.
- Siempre existe la posibilidad de contactar, vía telefónica o telemática, con nuestro médico de cabecera, quien, sin ninguna duda, nos ayudará en esta situación.
Dr. Juan Antonio Andreo Ramírez
ASSSA Seguros de Salud
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