
Cuando se produce una lesión, ésta provoca una reacción tisular compleja, dándose una reparación que implica la sustitución del tejido dañado por un tejido fibrótico (cicatriz) constituido por células con diferente función y morfología, causando resultados poco deseables.
Con la medicina regenerativa, se pretende mejorar y potenciar los procesos tras las lesiones de un determinado tejido mediante la regeneración, cuyo mecanismo devuelve al tejido dañado la misma celularidad y arquitectura, logrando resolver la agresión con resultados más satisfactorios para el paciente.
Hoy en día el conocimiento de los mecanismos implicados en la regeneración y reparación tisular es un objetivo prioritario en la investigación médica, destacando el papel de las proteínas plaquetarias en la reparación tisular.
Actualmente el empleo de proteínas del propio paciente con fines regenerativos es un claro éxito en el tratamiento de lesiones de tejidos blandos y duros.
El plasma rico en plaquetas (PRGF) imita y optimiza los mecanismos fisiológicos de reparación que se ponen en marcha de forma espontánea en todos los tejidos tras una lesión.
El PRGF destaca dentro de los medicamentos de uso autólogo por la sencillez y el bajo costo de preparación, no siendo agresivo (el paciente solo se somete a una sencilla extracción de sangre) y permitiendo la recuperación de plaquetas concentradas en el propio plasma del paciente, que al degranular liberarán los factores de crecimiento responsables de los mecanismos de regeneración tisular en la zona en la que se apliquen.
Evidentemente, existe una relación entre la concentración de plaquetas y de factores de crecimiento, por lo que la capacidad regenerativa está directamente relacionada con la concentración de plaquetas en el PRGF obtenido y, por tanto, con la calidad del sistema de obtención y la cualificación del personal responsable de la preparación.
Este plasma no deberá de contener otras células más que las plaquetas, por lo que la contaminación con hematíes y leucocitos es indeseable. Es de destacar que el PRGF no es tóxico ni inmunorreactivo para el paciente, de ahí su empleo exclusivamente autólogo.
La activación de la degranulación plaquetaria se realiza con cloruro cálcico, evitando así el empleo de derivados de origen bovino potencialmente peligrosos.
Entre otras muchas indicaciones, podríamos citar el empleo en Cirugía Maxilofacial y Odontología para acelerar la formación del hueso. Asimismo, en Medicina Deportiva y de competición se aplica a los deportistas de élite lesionados, logrando una reducción significativa del tiempo de recuperación.
Existen numerosos trabajos que demuestran que los tratamientos con PRGF claramente acortan los tiempos de tratamiento y de regeneración celular.
No localizamos evidencias científicas publicadas sobre el riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas o efectos indeseables en la utilización de PRGF, así como no conocemos la concentración deseable de cada factor de crecimiento o la dosificación adecuada a cada situación terapéutica en concreto.
Los buenos resultados de los tratamientos con PRGF son innegables en relación con la mejor y más rápida regeneración de los tejidos sobre los que se emplean.
Dr. José Luís Abad Lozano