
Los soplos son ruidos patológicos debidos a las vibraciones producidas por un flujo sanguíneo. Se detectan en la exploración médica mediante el fonendoscopio durante la auscultación cardíaca y suelen oírse mejor o más intensos en la zona del tórax más cercana al punto de origen. Su intensidad se valora del 1 al 6, siendo débiles los 1 y 2, y muy intensos los de grado 4, 5 y 6.
Puede haber diferentes tipos de soplos dependiendo del momento en el que se originan:
Si se producen durante la sístole ventricular, o sea, cuando el corazón se contrae vaciando la sangre, se llaman soplos sistólicos. Pueden ser inocuos o detectar alguna enfermedad cardíaca.
Si se producen durante la diástole ventricular, o sea, cuando el corazón se distiende entrándole la sangre, se llaman soplos diastólicos. Casi siempre denotan enfermedad cardíaca.
Cuando se producen tanto durante la sístole como durante la diástole, o sea, a lo largo de todo el latido cardíaco, hablaremos de soplos continuos.
Se llaman soplos funcionales o inocuos los que son inofensivos y no refieren signos de enfermedad, por lo que no precisan tratamiento. Son comunes en niños y adolescentes y pueden aparecer en situaciones de fiebre alta, en el embarazo o durante el ejercicio.
Finalmente, hablaremos de soplos patológicos cuando se producen o son signos de una enfermedad cardíaca que puede ser grave. Tiene dos casusas distintas:
- Causa Congénita. – Hay un defecto cardíaco desde el nacimiento, como una comunicación entre las aurículas (CIA) o entre los ventrículos (CIV).
- Causa Adquirida. – Se produce al largo de la vida. La más importante y frecuente es la Enfermedad Valvular Adquirida. Estenosis valvular (aórtica, mitral…) o Insuficiencia Valvular. La causa más frecuente es el depósito de cristales de calcio en la válvula cardíaca. Otras causas relevantes son las Infecciones valvulares que producen la Endocarditis y también la Fiebre Reumática.
La prueba diagnóstica por excelencia, tras su detección por la auscultación, es el Ecocardiograma, por el que vemos como la sangre fluye por el corazón y las válvulas, pudiendo detectar cualquier anomalía en su estructura y así poder determinar el tipo de tratamiento.