La supervivencia del hombre no sería posible si no se dispusiera de mecanismos para combatir o impedir la infección por los innumerables agentes o microorganismos patógenos que existen en el medio ambiente, tales como bacterias, virus, hongos o protozoos.
El sistema inmunitario es el que se encarga de la defensa de nuestro organismo ante cualquier agresión externa que intente invadirlo.
Tipos de inmunidad: resistencia natural e inmunidad adquirida
La forma en que se produce la defensa del organismo es variada y compleja. Podemos hablar de dos tipos de inmunidad frente a las infecciones: la resistencia natural y la inmunidad adquirida.
En la resistencia natural diferentes factores orgánicos de la especie impiden ser afectados por un microorganismo determinado, pues habrá una resistencia inespecífica (secreciones bactericidas, respuesta antinflamatoria, la piel, etc.). Intervienen también otros factores, como la edad, el estado nutricional u otras enfermedades concurrentes.
La inmunidad adquirida es aquella que se desarrolla en el ser vivo cuando en él penetra una sustancia a la que llamamos antígeno y que ejerce su acción mediante la utilización de elementos específicos: anticuerpos (inmunidad humoral) y linfocitos sensibilizados (inmunidad celular).
Fortalecer el sistema inmune en el día a día
Hemos de considerar lo que podemos hacer en nuestra vida cotidiana para reforzar nuestro organismo y favorecer la actuación de nuestro sistema de defensa.
En primer lugar, hemos de reforzar el sistema inmunitario de las personas mayores, ya que con la edad también envejece nuestro sistema inmune. Otro grupo importante lo constituyen aquellas personas con patologías de base que favorecen el deterioro del organismo, como la diabetes o la enfermedad renal, entre otras.
Por último, hemos de cuidar y proteger a las personas inmunodeprimidas, afectas de cáncer o por afectación del sistema linfático o medular, ya que estos dos sistemas son básicos en la defensa del organismo y punto de partida de nuestra inmunidad adquirida.
A continuación, algunas recomendaciones a considerar para fortalecer el sistema inmunológico:
- A ser posible, realizar ejercicio diario, de 30 a 60 minutos. Importante para modular el estrés.
- Alimentación. Dieta equilibrada y saludable. Ideal la dieta mediterránea, rica en frutas y verduras, pescados grasos, aceite de oliva y frutos secos. Ciertos alimentos fermentados, como el yogurt y los probióticos (por su efecto beneficioso sobre la microflora intestinal) son básicos en nuestro sistema de defensa.
- Combatir el estrés y la ansiedad. Básico el control de nuestro sistema hormonal.
- Dormir bien y suficiente, ayuda también a nuestro sistema hormonal (cortisol).
- Vitaminas y Minerales. Determinadas vitaminas y minerales ayudan a nuestro sistema inmunitario. Se recomienda evaluar el déficit de Vitamina D y Vitamina B12 y controlar también el zinc y nuestros depósitos de hierro.
- Vigilar la abstención de tabaco y alcohol.