
La psoriasis es una enfermedad crónica inflamatoria con manifestaciones cutáneas y articulares y que afecta entre al 1-2% de la población. Puede iniciarse a cualquier edad, pero generalmente debuta entre los 15 y los 30 años.
Se considera un proceso multifactorial, con una base genética. Hay factores genéticos predisponentes y factores desencadenantes como, por ejemplo, traumatismos, infecciones, algunos fármacos, cambios climáticos, estrés emocional, entre muchos otros.
Es una enfermedad de causa desconocida, de curso crónico y recurrente, que se presenta en forma de placas rojizas y que descaman, bien delimitadas y de diferentes tamaños. El picor suele ser escaso y las zonas más afectadas suelen ser el cuero cabelludo, la región lumbosacra y la superficie de extensión de las extremidades, sobre todo codos y rodillas. También se pueden afectar las palmas y plantas de los pies, así como las uñas, conocido como psoriasis ungueal.
Además de en la piel, hasta un 40% de los pacientes presentan manifestaciones articulares. Esta artritis es seronegativa, es decir, no aparece en analíticas, siendo su forma más frecuente la oligoartritis asimétrica, seguida de la artritis simétrica y las afectaciones en columna.
El tratamiento dependerá de la severidad des lesiones, desde cremas, sobre todo, corticoides tópicos en la psoriasis leve, a fototerapia o tratamientos con fármacos sistémicos en las psoriasis más graves. Últimamente están en uso fármacos biológicos.