
¿Qué es la enfermedad?
Se trata de una infección vírica típica de la infancia, que afecta sobre todo a niños pequeños, entre 1 – 3 años. Suele aparecer en forma de brotes, en cualquier época del año, siendo más frecuente en primavera y verano.
¿Cómo se contagia?
Está producida por una familia de enterovirus, siendo el más frecuente el Coxackie A16. Se contagia fácilmente, sobre todo a través de las gotitas de saliva de otro niño enfermo; a través del contacto con juguetes u objetos contaminados y través de la manipulación de las heces. El período de incubación oscila entre 3 y 6 días.
¿Cómo reconocerla?
Como su propio nombre indica, suele afectar a la boca, con pequeñas úlceras tanto en lengua como en paladar, labios y zona peribucal; a las manos y pies, con pequeñas vesículas que pueden aparecer tanto en las palmas como en las plantas; y con frecuencia también a la zona genital.
Puede asociarse con fiebre y malestar general, durando los síntomas entre 5 y 10 días.
Las complicaciones son infrecuentes, pero una característica es la caída de las uñas, sobre todo de las manos, a las pocas semanas de la infección, que es indolora y reversible.
¿Se puede prevenir?
Con lavados frecuentes de manos y superficies contaminadas. No existe vacuna.
¿Tiene tratamiento?
El tratamiento va dirigido a los síntomas, ya que al tratarse de una infección vírica los antibióticos no están indicados.
Para tratar la fiebre y el malestar general utilizaremos analgésicos y antitérmicos, como el paracetamol. Para aliviar el dolor y las molestias en la boca podemos usar geles y lociones orales específicas. Es muy importante mantener un buen nivel de hidratación, ofreciéndole al niño pequeñas cantidades de agua y alimentos que le gusten, de forma frecuente, evitando las comidas calientes, saladas o ácidas.
Patricia Andreo Lillo
Pediatra
Hospital Universitario San Juan