
Mareos, visión borrosa o dificultad para mantener el equilibrio, tanto sentado como de pie, son las principales dolencias del vértigo vascular. ¿Pero sabía que este tipo de lesiones se pueden tratar con fisioterapia?
El diagnóstico es lo primero. El otorrinolaringólogo tiene un papel crucial en la detección del problema, que puede ser originario del oído interno afectando al sistema vestibular (SNP) o un vértigo central que afecta a los núcleos vestibulares y sus conexiones (SNC). Para las lesiones que afectan al sistema vestibular se puede realizar esta rehabilitación.
¿En qué consiste el tratamiento?
Se trata de alimentar la plasticidad del sistema nervioso central mediante mecanismos de sustitución o adaptación (“reeducar” al cerebro). Para ello, el fisioterapeuta usa diferentes técnicas y ejercicios diseñados previamente tras realizar pruebas como el reflejo vestíbulo-ocular, head thrust test, nistagmo, valoración de equilibrio o evaluación de la marcha.
Además, se tendrán en cuenta factores como la edad, la causa (traumático o degenerativo), tratamientos médicos o farmacológicos, estado agudo o crónico, etc.
La efectividad aumenta si se hace un tratamiento precoz. A menudo los pacientes están en reposo y tratados con fármacos para superar estos episodios, pero el problema puede convertirse en crónico. La fisioterapia, por su parte, mejora la calidad de los pacientes y hace desaparecer sus síntomas.
Consideraciones del tratamiento
Para que sea más efectivo:
- Individualizar el tratamiento y utilizar diferentes técnicas.
- Realizar los ejercicios de forma progresiva, de menor a mayor complejidad.
- Cuando hay otoconias, es decir, cuando el órgano vestibular situado en el oído se suelta, realizar la maniobra de Epley y Semont (sentado, girar la cabeza hacia un lado en un ángulo de 45 grados y recostarse, y repetir lo mismo en el otro lado).
- En pacientes agudos el tiempo de ejercicio será corto, al contrario que en los crónicos.
- Realizar 2-3 sesiones al día de 20 minutos y hacer reposo tras cada una de ellas.
- Cesar el ejercicio si provoca malestar muy agresivo.
- Tener en cuenta factores externos como la ropa, la luz o el lugar donde se realiza.
- Evitar caídas que puedan generar otra lesión.
- Usar técnicas de última generación, como los videojuegos de realidad virtual adaptados al paciente.
Guía básica de ejercicios
Nivel 1: ejercicios oculares. Sentado, mirar hacia arriba, hacia abajo, a un objeto.
Nivel 2: ejercicios de movimiento de cabeza y ojos. Realización de flexiones sentado, extensión e inclinación suave de cabeza.
Nivel 3: ejercicios de movimiento de brazos y cuerpo. Subir los hombros mientras se está sentado o realizar movimientos circulares suaves de brazos.
Nivel 4: ponerse de pie y hacer algún movimiento. Subir el pie a un escalón, pasar un objeto rítmicamente de una mano a otra.
Nivel 5: movimiento de traslación. Caminar en círculos, siempre con apoyo para evitar caída.
A lo largo del tiempo se han hecho estudios con buenos resultados para tratar esta afección, en los que se ha demostrado la efectividad de la fisioterapia, especialmente si el tratamiento es temprano. Es, así, una de las mejores armas para luchar contra los síntomas provocados por las alteraciones del equilibrio.
Francisco López Fructuoso
Fisioterapeuta en Centro Médico Ciudad Quesada