
El colapso oclusal es uno de los problemas odontológicos más complejos que se resuelven en clínica, de complicado tratamiento y dificultad patológica. Este desorden masticatorio que genera tantos problemas se puede evitar con un tratamiento temprano.
¿En qué consiste?
En términos odontológicos, hablamos de oclusión cuando las superficies dentales hacen contacto y tienen un apoyo estable. De esta manera, se denomina colapso oclusal posterior cuando la posición correcta se destruye por la pérdida de dientes en el sector posterior de la mandíbula, algo que ocurre cuando no se reponen las piezas dentales, afectando a un 32% de los pacientes.
Este síndrome se caracteriza por la carencia de contacto entre los molares superiores y su antagonista, los inferiores, y, por tanto, la incorrecta posición de la mandíbula, lo que genera movimientos anómalos que interfieren en la mordida, dificultan la adecuada masticación y ponen en riesgo al resto de los dientes.
Consecuencias y tratamiento
El colapso oclusal posterior trae consigo una sobrecarga anterior dentaria (sector de la boca anterior). A esto se le suma que el paciente presenta una pérdida de la dimensión vertical, es decir, la distancia que separa el mentón de la base de la nariz (altura de la boca) está alterada por dicho síndrome. Para conseguir que vuelva a la normalidad es necesaria la evaluación y un tratamiento multidisciplinar.
Hay incluso casos en los que se debe recurrir a la prostodoncia para corregir la dimensión vertical, un procedimiento necesario ya que, por la ausencia de molares, otros dientes reciben más carga de la necesaria. Para ello, se colocan fundas en toda la boca, aumentando así la altura perdida a lo largo del tiempo. En diagnósticos más complicados se recurre a ortodoncia o cirugía orofacial.
La importancia de la prevención
Ante la prevalencia de un aumento de pacientes que pierden molares a lo largo de su vida, el mejor tratamiento para evitar el colapso oclusal anterior o posterior es la prevención, reponiendo a corto plazo las piezas dentarias perdidas, con prótesis fijas o removibles, dependiendo de lo que se considere apto para cada paciente.
Para no llegar a esta situación, es fundamental impedir la pérdida de piezas dentales, algo que depende del compromiso de cada paciente. Como directrices clave:
- Cepillado tres veces al día.
- Hacer uso del hilo interdental.
- Acudir a su dentista de confianza al menos una vez al año.
Con la detección precoz se podrán solventar posibles problemas antes de llegar a la pérdida dentaria. Si además se realizan limpiezas dentales, se logrará mantener la salud de las encías y del periodonto, y al mismo tiempo ayudará a la localización de posibles caries tempranas.
María José Rodríguez Hidalgo
Odontóloga. Especialista en ortodoncia, prostodoncia y rehabilitación
Clínica Dentalbox