Actualmente las bebidas energéticas están muy en auge, especialmente entre jóvenes y deportistas. Uno de los motivos es su accesibilidad, ya que se pueden encontrar en cualquier establecimiento e incluso en gimnasios, pero también porque generan adicción y dependencia.
La definición de este producto no está recogida en una normativa específica y se engloba dentro de las bebidas refrescantes. Así mismo, tampoco existe una regulación que señale los ingredientes permitidos, concentraciones máximas o posibles combinaciones. Con todo ello, ¿son realmente beneficiosas?
Composición
Sus ingredientes son principalmente agua, azúcar, cafeína, vitaminas, minerales y estimulantes no nutritivos como taurina, ginseng y guaraná. A priori, estos estimulantes no son perjudiciales, pero si los ingerimos en grandes cantidades y de manera habitual, podrían llegar a ser peligrosas para nuestra salud y alterar de manera significativa nuestro sistema nervioso.
En cuanto a la dosis de cafeína (160mg en una lata de 500ml), duplica la del café expreso (80mg por cada taza). Si tenemos en cuenta que la dosis recomendada diaria en jóvenes de entre 10 y 18 años no puede superar los 100mg (media taza de café expreso), vemos claro que sobrepasan estos límites.
Peligros para nuestro organismo
Se ha demostrado que altas ingestas pueden causar, minutos después de consumirlas, un aumento peligroso de la presión arterial y una subida de los niveles de la hormona del estrés.
Las bebidas energéticas también están asociadas a varios problemas de salud a corto plazo, como insomnio, deshidratación, dolor de pecho, mareos, dolor de cabeza y problemas gastrointestinales. A largo plazo, los problemas de salud se complican, pudiendo causar perturbación del ritmo cardíaco, adicción y síntomas de abstinencia, aumento de la frecuencia cardiaca, convulsiones, presión arterial, nerviosismo, ansiedad y hasta depresión, sin olvidarnos de los problemas de sobrepeso y obesidad por la gran cantidad de azúcares y calorías vacías que contienen.
Además, cuando se mezclan con alcohol, los efectos empeoran, ya que esta combinación podría incrementar el riesgo a sufrir ataques cardíacos, problemas hormonales y alteración del sistema nervioso.
Por todo ello, y tras haber tenido casos de jóvenes y deportistas hospitalizados, hay países como Francia, Noruega y Dinamarca que han retirado estos productos del mercado. En España, Galicia será la primera comunidad autónoma en prohibir la venta de estas bebidas a menores de 18 años. El objetivo es reducir el consumo y la venta de este tipo de bebidas, sobre todo en los más jóvenes.
Así pues, y como conclusión, aunque tienen ingredientes que de per se son positivos, como sus vitaminas, y pueden ayudarnos a aumentar la concentración, motivación y estado de alerta, es preferible buscar estos efectos y nutrientes en otras fuentes alimentarias mejores para nuestra salud. No podemos olvidarnos de beber mucha agua, evitar el consumo de bebidas azucaradas y alcohol, descansar correctamente, llevar una buena alimentación y practicar ejercicio con regularidad.
Alba Bonell
Nutricionista