
El protector solar es imprescindible para cuidar la piel y evitar posibles melanomas. ¿Pero sabía que la mayoría de las personas no se lo aplica correctamente? El mal uso puede dejar muchas zonas de la piel sin protección. Estos son los errores más comunes:
- No utilizar la cantidad suficiente
Un truco: dos dedos de crema para las diferentes zonas del cuerpo (cara, cuello, pecho, abdomen, brazo, antebrazo…). Una aplicación en exceso no perjudica de ninguna manera.
- No reaplicar
Incluso si es resistente al agua (waterproof), hay que ponerse crema cada 1-2 horas, ya que se pierde cantidad al sudar, bañarse, secarse con la toalla o rozarse con la arena.
- Usar pulverizadores en la primera aplicación
A pesar de su comodidad, no son la mejor opción para las primeras aplicaciones porque el producto se disipa en el aire. Por ello, es mejor utilizarlos en las reaplicaciones durante la exposición solar y realizar 6 pulsaciones para la cara y 12 para cada zona del cuerpo.
- Omitir zonas clave
Hay que recordar también los labios (utilizar bálsamo labial con protección), así como orejas, nuca, manos, rodillas, pliegues de rodillas, pies y antepiés.
- No entender el número del factor
Indica el tiempo que tarda en aparecer el enrojecimiento o quemadura. Esto también depende de la sensibilidad de la piel. Así pues, si sin crema estamos 10 minutos sin quemarnos, con un protector solar 30 aguantaríamos 30 veces más. Lo recomendable es utilizar un factor superior a 30.
- No fijarse en el tipo de protección
Deben tener protección frente a la radiación ultravioleta UVA y UVB.
- No utilizarla para conseguir el moreno
Es importante recordar que el moreno es un mecanismo de defensa de la piel ante un factor externo que la daña, por lo que no es sinónimo de salud. Teniendo en cuenta esto, si nos aplicamos protector solar nos pondremos morenos igualmente, aunque más lentamente, ya que la crema no evita completamente la absorción de la radiación.
- No ponérselo todos los días
La radiación está presente todo el año, incluso en la sombra.
Otras medidas son utilizar gafas de sol, gorras, sombrillas, hidratarse correctamente, no exponerse en las horas centrales del día, y ponerse en la sombra siempre que se pueda.