
La Hipotensión Ortostática consiste en una bajada brusca de la tensión arterial al cambiar de postura, de estar acostado o sentado un tiempo, a ponerse de pie de forma rápida e improvista.
Con el paso del decúbito a la bipedestación se produce un desplazamiento de sangre, de forma que 500-700 ml de sangre quedan retenidos en las extremidades inferiores y en el área esplénica (bazo), lo que determina una reducción del retorno venoso y del gasto cardíaco.
Cuando fallan los mecanismos para mantener la presión arterial, se produce el cuadro de hipotensión ortostática, que puede llegar a provocar un síncope cuando el paciente se incorpora.
El síncope se define como una pérdida de conciencia y del tono postural de aparición brusca y corta duración que se resuelven espontáneamente sin secuelas neurológicas. Se debe a una caída brusca del flujo -riego- cerebral que produce un déficit transitorio del metabolismo cerebral. Es un cuadro clínico común. Alrededor del 20% de la población adulta ha sufrido en algún momento de su vida un cuadro sincopal.
Hablaríamos de presíncope cuando describimos episodios bruscos de enturbiamiento de conciencia e inestabilidad, de los que el paciente se recupera rápidamente sin llegar a la pérdida completa de conciencia. Se considera una forma frustrada del síncope.
Se considera hipotensión ortostática cuando hay una reducción de 20-15 mm Hg entre la toma de TA sistólica en decúbito y a los 2 minutos de pasar a bipedestación. En los ancianos este hecho suele ser frecuente.
Las causas son múltiples y abarcan desde alteraciones funcionales hasta procesos neurológicos graves que afectan al arco reflejo barorreceptor.
Las causas más comunes son:
- La reducción del volumen intravascular (hemorragia, deshidratación).
- Los efectos adversos de determinados fármacos (diuréticos, hipotensores, vasodilatadores, betabloqueantes…).
Los ancianos son particularmente sensibles debido a la menor sensibilidad barorreceptora, al menor flujo cerebral y la arteriosclerosis.