
¿Qué es y para qué sirve un irrigador bucal?
Los irrigadores son aparatos que usan la fuerza del agua a presión para eliminar los restos de alimentos y de placa bacteriana de la boca, mejorando nuestra higiene dental, junto al cepillo dental manual o eléctrico, los cepillos interproximales y la seda dental.
Los irrigadores dentales NO deben sustituir en ningún caso a la limpieza oral habitual, solo son un paso más de nuestra higiene oral.
Son muy fáciles de usar y muy seguros. Lo recomendable es usarlos después del cepillado.
Poseen diferentes boquillas para distintos tipos de indicaciones y presión del agua.
¿Para qué sirven?
- Reducen el nivel de la placa bacteriana de nuestros dientes, lo que ayudará a evitar caries y disminuir el sarro o tártaro dental.
- Reducen el nivel de inflamación y sangrado de las encías al proporcionarles un ligero masaje.
- La sensación de limpieza será mayor al acceder a zonas que no podríamos limpiar con el cepillado tradicional y más si lo combinamos con enjuagues con colutorios bucales.
¿En qué personas son especialmente recomendables?
- Cuando son portadoras de aparatos de ortodoncia, al ser de higiene bucal más complicada.
- Cuando llevan prótesis fijas (coronas, puentes, etc.).
- Cuando padecen enfermedades de las encías (periodontitis, gingivitis, etc.).
- En diabéticos, ya que son más propensos a inflamaciones de la encía y lesiones de la mucosa oral.
¿Quién los puede usar?
Son versátiles, se pueden usar a cualquier edad.
¿Qué tipo de irrigadores existen?
Principalmente existen tres tipos de irrigadores:
- Irrigadores domésticos para el baño. Con la posibilidad de disponer de varias boquillas de diferentes colores, si somos más de una persona en casa, para que cada uno disponga de la suya de forma higiénica, con un depósito de agua grande (0,3/ 1 litro).
- Irrigadores portátiles para viajes o para la oficina. El tamaño del depósito es menor (0.130/0.200 litros), lo que obliga a mayor cantidad de rellenos, el número de boquillas menor y la presión del agua no suele ser tan lograda como en los anteriores.
- Irrigadores con cepillo eléctrico. Primero cepillamos los dientes con el cepillo eléctrico y luego eliminamos los últimos restos gracias al irrigador (unos 2 minutos). La capacidad del depósito y la disponibilidad de boquillas es suficiente.
Características técnicas
- Impulsos por minuto. Nos indica la potencia con la que sale el agua, aunque generalmente se puede regular la intensidad de salida. Para eliminar la suciedad más incrustada y resistente necesitamos un mínimo de 1.200 a 1.400 impulsos por minuto.
- Tipos de salida de agua. La intensidad de la salida de agua la podemos regular usando:
- Chorro continuo. Sale un chorro individual y constante.
- Multijet. Lanza pequeños chorros discontinuos para eliminar residuos especialmente incrustados.
- Anillos reguladores. Habitualmente solo están disponibles en los modelos más sofisticados y que permiten regular la intensidad del suministro de agua.
En definitiva, los irrigadores no sustituyen a los cepillos dentales y a la seda dental, solo son un paso más de nuestra higiene oral, ofreciendo unos notables beneficios.
Dr. Juan Andrés Maltés Abad – Médico Estomatólogo