La inteligencia artificial (IA) ha llegado para revolucionar el mundo, también la medicina y la radiología.
Actualmente en muchos centros de referencia se está incorporando esta herramienta a los flujos de trabajo con el objetivo de mejorar la calidad asistencial. Concretamente, en ecografía, existen inteligencias artificiales con diferentes utilidades:
- Mejora de la calidad de la imagen. El ajuste automático de parámetros de la imagen permite mejorar su calidad sin que el radiólogo deba preocuparse por ajustarlos de forma manual, por lo que su atención se reserva para el acto médico.
- Detección de lesiones. La inteligencia artificial complementa a la vista del radiólogo, indicando áreas de la imagen en las que es posible que se encuentre patología.
- Obtención de mediciones automáticas. Se puede utilizar la IA para obtener automáticamente medidas de diámetro o de volumen de lesiones, ahorrando tiempo e incluso permitiendo mayor exactitud.
- Comparación. Existen inteligencias artificiales a las que se les pueden suministrar dos imágenes obtenidas en diferentes momentos del tiempo para que identifiquen los cambios.
- Anotación automática de imágenes. Habitualmente las imágenes que se obtienen durante una ecografía deben llevar etiquetas relativas a la localización o características de la adquisición realizada. La IA permite automatizar o acelerar este proceso.
- Diagnóstico probabilístico de lesiones. Algunas inteligencias artificiales avanzadas son capaces de aventurar un diagnóstico probabilístico. Es importante destacar que este diagnóstico puede orientar al médico, pero no sustituye su experiencia. Además de que el médico no establece su diagnóstico basándose únicamente en la imagen, sino también en la Historia Clínica del paciente.
- Ayuda para la obtención de biopsias. La inteligencia artificial permite un retoque de imagen en tiempo real magnificando lesiones o facilitando una mejor identificación de la aguja con la que se va a realizar la biopsia. Esto permite dotar de todavía mayor seguridad a estos procedimientos.
- Estudio automático de los flujos arteriales Doppler. Al realizar un estudio arterial con ecografía Doppler se obtiene una medición espectral del pulso. Tradicionalmente, el radiólogo debía realizar un análisis manual de esta curva del pulso para obtener parámetros de interés clínico, como el índice de resistencia. Actualmente existen mecanismos automáticos que realizan la medición de forma instantánea y en varios ciclos cardíacos, lo que mejora la fiabilidad de las mediciones.
- Procesamiento de imágenes. La IA mejora el postproceso de las imágenes, permitiendo, por ejemplo, realizar reconstrucciones tridimensionales.
Las funciones enumeradas no se pueden utilizar en absolutamente todas las regiones del cuerpo, pero cada vez son más los tipos de ecografía que se potencian mediante estas herramientas. Por ejemplo, se pueden utilizar en la ecografía de tiroides, hígado, próstata y mama.
En definitiva, la inteligencia artificial es un nuevo aliado para el radiólogo y sus pacientes. En combinación con un buen manejo de la sonda ecográfica y los conocimientos clínicos del especialista, permite mejorar la eficiencia diagnóstica y la calidad asistencial.
Juan Delgado
Director Médico de Clínica Sanicur