La orina es capaz de disolver más sales que una cantidad equivalente de agua y la vía urinaria es capaz de eliminar cristales formados antes de que se agreguen y formen piedras. Dicho de otra manera, la naturaleza previene la formación de piedras.
Ante el hecho de la formación de piedras en el riñón sorteando los mecanismos de prevención cabe preguntar qué ha de suceder para que tenga lugar el desarrollo de una piedra o litiasis renal. La respuesta no es simple y hace referencia a las condiciones fisicoquímicas de la disolución que es lo que llamamos orina.
Del mismo modo que en la leche podemos disolver una cantidad de azúcar en función del volumen de leche, lo caliente que está esa leche, de la cantidad de café que previamente hemos echado y la velocidad de agitado con la cucharilla, así la capacidad de disolver en la orina está en función de la cantidad de agua que elimina el riñón, las condiciones de acidez (pH), tipo y cantidad de sales presentes y la rapidez con la que la orina fluye por la vía urinaria.
Lo primero es la cantidad de agua que el riñón puede usar para eliminar con ella las sales que precisa expulsar de nuestro cuerpo. Si bebemos poco, poca será el agua con la que se contará para disolver las sales que se deben eliminar.
Según nuestra alimentación y estado metabólico varían las cantidades de sales a eliminar en la orina. Pueden darse situaciones con elevada emisión de calcio, ácido úrico u oxalato, que son los componentes fundamentales de las piedras formadas en el riñón. En tales situaciones no hay disolución y puede haber precipitación. No obstante, en condiciones normales el riñón también elimina sustancias que favorecen la disolución de esas sales y permiten que la orina sea capaz de disolver más que una cantidad equivalente de agua. Se trata de los inhibidores de la cristalización (fitato y citrato).
Por último, es frecuente que formados cristales e incluso pequeños núcleos litiásicos sean eliminados antes de crecer por el fluir de la orina impulsada por la dinámica del aparato urinario.
Así una piedra o litiasis renal se forma cuando se dan circunstancias con orina concentrada (poca agua y mucha sal) sin suficientes inhibidores de la cristalización y la dinámica del aparato urinario no permite lavar con rapidez los núcleos litiásicos antes de que crezcan.
Podemos prevenir la formación de litiasis bebiendo una cantidad razonable de líquido (2 litros al día), reduciendo el consumo de sal de mesa (el sodio arrastra calcio al túbulo renal) y de carnes rojas, aumentando el consumo de legumbres y frutos secos (ricos en fitato) y evitando el sedentarismo.
Dr. Manuel Sánchez Marcos – Médico especialista en Urología Clínica Vistahermosa de Alicante
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