
Uno de cada cinco adolescentes padece pérdida auditiva por escuchar música demasiado alta. Por ello, es fundamental hacer un buen uso de los auriculares y seguir las pautas recomendadas.
El primer síntoma son zumbidos en el oído (acúfenos), que avisan de la presencia de una lesión. Si esta dolencia se detecta a tiempo puede ser reversible, pero si las células del oído interno ya están muertas, hay una pérdida de audición.
Otros riesgos de uso excesivo son las infecciones de oído, puesto que los dispositivos retienen el sudor y la humedad en los oídos, lo que facilita la proliferación de bacterias; y la pérdida auditiva debida a la exposición prolongada y a lo largo del tiempo.
¿Por qué me duelen los oídos después de llevar auriculares?
Los motivos pueden ser diversos:
- Uso prolongado. Es importante seguir la regla del 60-60: utilizar los dispositivos no más de 60 minutos y a un máximo del 60% del volumen. Lo ideal es llevarlos el menor tiempo posible, ya que utilizarlos todo el día va a generar problemas en el oído a largo plazo.
- Volumen demasiado alto. El sonido no puede superar los 75 decibelios, ya que a partir de ahí se vuelve peligroso, según la OMS. En el teléfono móvil o a través de una aplicación se puede consultar el nivel de decibelios que está escuchando.
- Cerumen. Los auriculares son un objeto externo que se introduce en el oído y lo tapona, por lo que dificulta la expulsión de cera y facilita la aparición de tapones.
Cascos o auriculares, ¿qué es mejor?
Según la OMS, los auriculares inalámbricos o internos son los más dañinos para la salud auditiva y recomienda la utilización de cascos con diadema, ya que respetan más nuestros oídos al distribuirse las ondas por todo el pabellón auditivo. Por el contrario, con los auriculares el sonido incide directamente sobre la membrana del tímpano.
Otras medidas
- Evitar que los auriculares ejerzan una presión excesiva en los oídos.
- Limpiar los dispositivos.
- Hacer pausas frecuentes. En caso de utilizarlos más de 1 hora al día, hacer descansos de al menos 5 minutos por cada hora.
- Realizarse controles periódicos del oído en el especialista.
- Escoger los que cuenten con cancelación de ruidos externos para evitar sonidos exteriores y no subir tanto el volumen del dispositivo.
- Evitar compartirlos con otras personas para no pasarse infecciones.
Si notamos algún síntoma, es conveniente acudir a un otorrino y prevenir un problema más grave.