
La palabra menopausia viene del griego "mens", que significa mes, y "pausi", interrupción. Por eso menopausia la definimos como el cese definitivo de las menstruaciones y se entiende por tal la fecha de la última regla.
La menopausia es una etapa más en la vida de una mujer. Así como la pubertad constituye el periodo en que la mujer adquiere su madurez sexual y reproductora, la menopausia representa la pérdida de dicha capacidad reproductora. En esta época los ovarios cesan de sus funciones principales de producción de estrógenos y secreción hormonal.
La menopausia estaría incluida en una fase de la evolución de la mujer llamada CLIMATERIO. El climaterio es el período de la vida de la mujer en el que se agotan sus funciones reproductivas. Se trata de un período impreciso que se inicia cuando disminuye la reserva de folículos en los varios y por tanto se producen retrasos menstruales e incluso francos períodos de falta de reglas (amenorrea), alternados con hemorragias esporádicas o irregulares.
La desaparición definitiva de las reglas o menopausia tiene lugar hacia los 50 años, con cierta tendencia a retrasarse actualmente, tal vez debido a las mejores condiciones de vida.
El gran descenso de los estrógenos circulantes es el origen de diversas manifestaciones clínicas a corto y largo plazo, especialmente óseas y vasculares. En las de corto plazo se encuentran las manifestaciones vasomotoras.
Los sofocos se manifiestan por una sensación de malestar seguida de de vasodilatación generalizada con aumento de la temperatura cutánea y aceleración del ritmo cardiaco. Es una sensación desagradable y pasajera que suele comenzar en la parte baja del cuerpo y sube hasta la cabeza, con enrojecimiento facial y sudoración en tronco, cuello y cabeza.
A partir de los 50 años, la incidencia y prevalencia de la enfermedad cardiovascular es mayor en las mujeres, mientras que antes de esa edad lo es en los hombres. Los niveles altos de estrógenos en la vida fértil de la mujer la protegen. Podríamos decir que la menopausia es un factor de riesgo, ya que se asocia a una serie de alteraciones que favorecen la arteriosclerosis que es la causa más frecuente de enfermedad cardiovascular.
Esta falta de estrógenos va a causar una atrofia generalizada del aparato genital. Las mamas, así como la vulva y la vagina experimentan una atrofia de sus epitelios, disminuye la grasa vulvar y se pierde parte del vello. La vagina se estenosa y acorta. La pérdida estrogénica hace más vulnerables la mucosa vaginal por disminución de su acidez. Se pueden manifestar molestias locales como picor, escozor y, sobre todo, molestias al realizar el coito (dispareunia).
La terapia hormonal sustitutiva (TSH) nace por la necesidad de aliviar los síntomas específicos asociados a la cáida de estrógenos. Inicialmente trató de disminuir los efectos vasomotores, pero en estos últimos años se cambian estos planteamientos y se pasa de una fase preventiva, sobre todo con el conocimiento del efecto beneficioso sobre el sistema cardiovascular y óseo.
La THS, tanto a largo como a corto plazo, representa beneficios, aunque también puede tener en menor medida, efectos potencialmente indeseables, como cáncer de endometrio, cáncer de mama, sangrado posmenopáusico…
Estamos ante un tema candente de rabiosa actualidad que próximamente será abordado por un especialista de nuestra máxima confianza.
Dr. D. Juan Antonio Andreo Ramírez
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