
La osteoporosis se ha convertido en las últimas décadas en una de las enfermedades que, debido a su trascendencia tanto a nivel clínico como socioeconómico, están motivando un interés constante en el mundo de la medicina.
La osteoporosis es la enfermedad metabólica ósea más frecuente en los países occidentales. Es mucho más frecuente en las mujeres y en el aumento de la prevalencia influyen tanto el envejecimiento de la población como los cambios en el estilo de vida, aumento del sedentarismo y la menor actividad física al aire libre (menor exposición solar).
Podemos definir la osteoporosis como la pérdida progresiva de masa ósea y un deterioro de la calidad del hueso, lo que conlleva a la rotura y adelgazamiento de la estructura trabecular del hueso y a una mayor fragilidad ósea.
Es importante destacar estos dos componentes fundamentales, la cantidad y la calidad del hueso.
La pérdida de masa ósea se produce en dos etapas bien definidas de la vida, la menopausia y la senectud.
La fractura osteoporótica es la manifestación clínica más evidente de la existencia de osteoporosis.
Contrariamente a lo que en general la población piensa, la osteoporosis no produce síntomas y sólo se presenta en forma de dolor cuando se produce la fractura.
El hueso es un tejido vivo que para conservar sus propiedades necesita renovarse constantemente mediante el remodelado óseo, un proceso dinámico y coordinado.
El remodelado óseo es el mecanismo por el cual el hueso “viejo” se renueva para mantener su estructura y mecánica.
En condiciones normales, la resorción y la formación están equilibradas. La calidad y la densidad mineral ósea (DMO) se mantienen estables y el hueso es biomecánicamente competente.
En la osteoporosis existe una mayor susceptibilidad a las fracturas. La disminución de la masa y de la resistencia ósea contribuyen a un aumento de la fragilidad de los huesos, que pueden fracturarse ante traumatismos menores o incluso mínimos, denominados de “bajo impacto”.
La causa principal de la pérdida de masa ósea es la deprivación de estrógenos que se produce en la mujer después de la menopausia.
Podemos clasificar la osteoporosis como primaria y secundaria.
- Como Osteoporosis Primaria dos tipos: osteoporosis posmenopáusica y osteoporosis senil.
- Como Osteoporosis Secundaria existen múltiples causas que la pueden inducir, destacan, enfermedades genéticas y metabólicas, enfermedades endocrinas y reumáticas, neoplasias, abuso de tóxicos (alcohol, tabaco cafeína…), inmovilizaciones prolongadas, fármacos (sobre todo uso de glucocorticoides)…etc. La causa más frecuente de osteoporosis secundaria y de mayor trascendencia clínica es la producida por la utilización de corticoides (glucocorticoides).
Como medidas generales de prevención primaria hemos de hacer especial referencia a los hábitos dietéticos, elevando el consumo de fibra, reduciendo el consumo de grasas y aumentando el consumo de lácteos para garantizar un aporte suficiente de Calcio.
Por otra parte hemos de potenciar el ejercicio físico al aire libre que nos aportará el consumo adecuado de vitamina D.
Con este sencillo artículo pretendemos que se esclarezcan conceptos y pautas de actuación básicas para entender qué es una osteoporosis y qué tenemos que hacer para su prevención básica.
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