Si su respiración se detiene y vuelve a iniciarse repetidas veces durante el sueño, emite fuertes ronquidos y se siente cansado o agotado al despertarse por la mañana, probablemente tenga apnea del sueño.
Normalmente las personas cercanas lo detectan primero. Los síntomas son:
- Ronquidos fuertes.
- Jadeos y pausas mientras dormimos.
- Nicturia (se levanta muchas veces a orinar por la noche).
- Cansancio y agotamiento al despertar. Somnolencia diurna.
- Cefalea matutina. Irritabilidad.
Puede deberse a dos causas:
- Obstrucción o bloqueo de las vías aéreas: SAOS o AOS (Apnea Obstructiva del Sueño). Es la más frecuente y se debe a una alteración en la musculatura de la lengua, boca o garganta en el paladar blando que provoca el bloqueo de las vías respiratorias. Los órganos (cerebro, corazón, riñones…) reciben menos oxígeno y se almacena CO2. Cuando el cerebro se da cuenta, emite una orden para restaurar la respiración. Este ciclo se repite.
- Apnea Central del Sueño: fallo en el área del cerebro que controla la respiración. No se envían señales adecuadas a los músculos que regulan la respiración.
Factores de riesgo
La apnea del sueño puede generar problemas como la hipertensión arterial, las enfermedades cardiovasculares o la diabetes.
Las personas más propensas son las obesas o con sobrepeso, las de edad avanzada, fumadores y bebedores nocturnos, o aquellos que consuman tranquilizantes, hipnóticos o sedantes. También lo pueden presentar las personas con alteraciones anatómicas de las vías aéreas superiores (nariz, boca, garganta…).
Tratamiento
Las unidades de trastorno del sueño, compuestas por diferentes especialidades (otorrinolaringología, psicología, neumología, neurología…), son las encargadas de realizar un estudio multidisciplinar del sueño.
Esto se realiza con una prueba llamada POLISOMNOGRAFÍA, que registra con ondas cerebrales los niveles de oxígeno, frecuencia respiratoria y cardíaca, y los movimientos oculares, así como de las piernas. Por tanto, vigila las etapas y ciclos del sueño y permite determinar si los patrones se interrumpen, cuando y por qué.
Con los resultados se determina el tipo de tratamiento. Los más frecuentes son:
- Quirúrgico. Si la alteración está en la obstrucción de la vía aérea y se precisa de cirugía para corregir.
- CPAP. Es el más común. Consiste en una máquina de presión continua positiva en vías respiratorias. Con una mascara sobre boca-nariz o boca se emite una ligera presión de aire para mantener abiertas las vías respiratorias por la noche.