
La Medicina Nuclear es la especialidad médica que utiliza los isótopos radioactivos artificiales y las emisiones energéticas del núcleo atómico en el diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades, así como en la investigación.
PET son las siglas en inglés de Tomografía por Emisión de Positrones (Positron Emission Tomography). Es la técnica “reina” de la Medicina Nuclear. Es un método diagnóstico que consiste en la administración intravenosa de un radiofármaco que es posteriormente detectado en una Cámara PET. El sistema consta de tres subsistemas: Ciclotrón, Laboratorio de Radioquímica y Cámara de Positrones. Sus principales aplicaciones se centran en la Oncología, Cardiología, Neurología, Psiquiatría, y algo menos usado en Traumatología o Endocrinología.
La molécula que más se utiliza clínicamente es la Fluorodeoxiglucosa marcada con 18-Flúor (FDG). En la actualidad existen más sustancias emisoras de positrones que hacen de la PET una prueba de imagen de tipo molecular dada su capacidad de mostrarnos la biodistribución de multitud de radiofármacos.
La PET es una técnica de imagen que ha revolucionado el diagnóstico y por ende el tratamiento de los procesos oncológicos, permitiendo obtener una visión molecular de la enfermedad cancerígena. Representa uno de los avances diagnósticos más importante dentro de las técnicas de imagen utilizadas en el mundo de la Oncología.
La PET nos permite estimar los focos de crecimiento celular anormal en todo el organismo, por ser un estudio de cuerpo entero, por lo tanto nos permitirá conocer la extensión. Pero además sirve para evaluar en estudios de control la respuesta al tratamiento, al comparar el comportamiento del metabolismo celular en las zonas de interés entre los dos estudios.
Tuvo sus primeras aplicaciones clínicas en la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) en la década de los 70, siendo introducida en España en 1995. La progresión durante estos últimos años ha sido importante por toda la geografía nacional, constatando en la actualidad su implantación y utilización en casi todo el territorio nacional.
Estamos por tanto ante una técnica de imagen que sigue pasos similares a otra plenamente implantada como es la RMN. Dada su importancia clínica y el impacto que puede representar en el Sistema de Salud, las diferentes Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias han sometido a la PET a los criterios de la Medicina Basada en la Evidencia. A pesar de que otras técnicas de imagen no han sido evaluadas con el mismo rigor que la PET, ésta ha conseguido superar las trabas que han ido surgiendo durante estos años, pudiéndola considerar hoy en día como una prueba diagnóstica de una gran fiabilidad en el diagnóstico del cáncer.
El Sistema de Salud Norteamericano cubre las siguientes indicaciones clínicas:
– Cáncer de pulmón
– Nódulo pulmonar solitario
– Cáncer Colorrectal
– Melanoma
– Indicaciones no oncológicas: epilepsia, viabilidad mio- cárdica, etc.
En España se siguen los pasos norteamericanos y así las indicaciones que son cubiertas incluyen las ya descritas, ampliándose también a otras situaciones clínicas como el diagnóstico diferencial recidiva vs. radionecrosis en tumores cerebrales, la detección de recidiva ante elevación de marcadores séricos en diversos tumores (en especial los de tiroides) o la búsqueda del tumor primario. La PET como método de diagnóstico basado en la obtención de imágenes del comportamiento del metabolismo celular, se incluye como una prueba de Diagnóstico por Imagen, y por lo tanto sirve de nexo de unión entre la Medicina Nuclear y la Radiología.
Por último, desde mi prisma de visión de la Radiología, los avances dirigidos hacia la optimización de los recursos existentes, las novedades en cuanto a la investigación, nuevos aparatos de diagnóstico, técnicas o secuencias de adquisición más rápidas, etc., nos aportará un gran arsenal para un diagnóstico más fiable y un tratamiento más eficaz.
Dr. Daniel Erades Martínez
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