
“Toda enfermedad comienza en el intestino”. Eso dijo Hipócrates hace 2.500 años, pero no ha sido hasta bien entrado el siglo XXI, que la ciencia ha hecho descubrimientos al respecto, demostrando que las bacterias son mucho más que vectores de enfermedad, tienen un papel protagonista en la patogenia de la enfermedad y en el restablecimiento de nuestra salud.
Una microbiota desequilibrada puede ser causa de enfermedad, no sólo a nivel intestinal, sino también ser predisponente de enfermedades como la diabetes, obesidad, enfermedad celíaca, psoriasis, enfermedades neurológicas e, incluso, enfermedades mentales.
La microbiota intestinal es la población de microorganismos vivos residentes en el tracto digestivo que se adquiere en el nacimiento y que en los adultos permanece bastante estable a lo largo del tiempo.
En un adulto la microbiota intestinal puede pesar 1,5 kilos por término medio y está constituida por un número de microorganismos que, según autores, se encuentra entre 10 y 100 billones. Existen entre 500 y 1.000 especies de microorganismos, siendo las bacterias de los filos Bacteroidetes (25%) y Firmicutes (60%) los mayoritarios.
Es importante mantener las proporciones equilibradas, y por ello se ha establecido el ratio Firmicutes/Bacteroides (F / B) como un parámetro para evaluar el equilibrio de la microbiota intestinal, y su funcionalidad. Los cambios en la relación F / B pueden causar obesidad o enfermedad inflamatoria intestinal. Los probióticos específicos pueden restaurar el equilibrio microbiano intestinal al influir en la proporción F / B.
Hasta ahora sólo se conoce el 30% del contenido de la microbiota intestinal, por tanto, todavía desconocemos muchas de sus funciones, sin embargo, sí sabemos que desempeñan 3 funciones fundamentales:
- Trófica: influye en la maduración del tracto digestivo y del sistema inmunitario, mediante la producción de muchas moléculas útiles para el buen funcionamiento de los intestinos, y son esenciales para el crecimiento y la regeneración del epitelio del colon.
- Defensiva: las bacterias nos defienden reforzando la barrera intestinal. Estimulan la producción de moco y moléculas de defensa, que mantienen la barrera física permeable a las sustancias beneficiosas e impermeable a las nocivas.
- Metabólica: permite la correcta digestión de alimentos, ayuda a recuperar los nutrientes para integrarlos en el organismo y genera nuevas moléculas, como vitamina B12, aminoácidos esenciales y neurotransmisores, como la serotonina, principal molécula que regula nuestro estado de ánimo, siendo el intestino el productor del 90% de esta sustancia en todo el organismo.
Cualquier alteración de la microbiota tanto cuantitativamente, como cualitativamente, y la respuesta adversa del hospedador a estos cambios, se conoce como disbiosis intestinal. Algunos de los factores que provocan disbiosis, alterando la homeostasis del organismo, son:
- Dieta occidental, con alto contenido en proteínas, grasas y azúcares procesados y bajo contenido en polisacáridos de las verduras.
- Factores genéticos.
- Xenobióticos (sustancias químicas ajenas al cuerpo, que se encuentran en mayor concentración a la habitual y son tóxicas para el organismo): pesticidas, herbicidas, etc., que se encuentran en productos de limpieza, alimentos, utensilios de cocina, etc.
- Metales pesados, tipo aluminio, mercurio, plomo, etc.
- Estrés y sedentarismo.
- Exceso y mal uso de antibioterapia, con especial cuidado durante el embarazo.
- Ausencia de lactancia materna.
La Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) ha elaborado unas recomendaciones que pretenden servir de guía para obtener una buena microbiota intestinal y salud digestiva:
- Evitar el estrés, el tabaco, el alcohol y el sedentarismo.
- Mantener una alimentación variada.
- Intentar reducir el consumo de carne procesada.
- Consumir alimentos fermentados y grasas de buena calidad.
- Cocinar los alimentos de forma saludable.
Así mismo, se ha demostrado que mantener una adecuada higiene del sueño, evitar la auto y sobremedicación, practicar ejercicios para minimizar los efectos del estrés, mantener relaciones sociales sanas y evitar productos contaminantes, ayuda a mantener una microbiota sana y equilibrada, manteniendo la homeostasis del organismo.
Dra. Miriam Regadera González
Cuidados paliativos en UHD Valencia.
Especialista en Medicina integrativa.