
La dieta sin sal o baja en sodio, se usa como tratamiento en caso de edema (acumulación excesiva de líquido) y para controlar la hipertensión (presión arterial elevada).
El sodio es un mineral necesario para el organismo que se encuentra presente en la mayoría de los alimentos, y también se añade a la comida como saladura, conservante y potenciador del sabor. La forma más común del sodio es la sal de cocina, que contiene 1.000 miligramos de clorudo sódico, mientras que la sal común contiene 390 miligramos de sodio. Una cucharada pequeña de sal de cocina contiene 2.300 ml de sodio. Así que, la dosis diaria de sodio oscila entre 4.000 y 6.000 miligramos. Sin embargo, se recomienda no sobrepasar los 3.000 ml de sodio al día.
En caso de dieta hiposódica (baja en sodio), con 1.500 ó 2.000 ml al día sería suficiente, que equivale a 5 gm de sal común al día. El excesivo consumo de alimentos en conserva, embutidos y platos preparados, pueden aumentar la ingesta de sodio hasta 10.000 miligramos diarios.
¿La sal provoca retención de líquidos?
La retención de líquidos en el organismo causado por el exceso de sódico, puede provocar aumento en el trabajo del corazón, de los riñones y aumento en la presión arterial. Asímismo, la restricción de sodio puede producir efectos parecidos a los producidos por los diuréticos, y un descenso en la presión arterial. Sin embargo, aunque la mayoría de los hipertensos responden a la dieta baja en sal, no todos los hacen. Moderar o evitar el consumo de algunos alimentos En una dieta baja en sal, hay que moderar o evitar el consumo de estos alimentos: Embutidos o fiambres, salchichas, quesos, jamón serrano y jamón cocido. Sopas de sobre, pastillas de caldo y purés. Aperitivos salados, palomitas, frutos secos, aceitunas, patatas fritas. Conservas, platos preparados, salsas y pescados ahumados. Algunos alimentos dulces también pueden ser ricos en sal, como la pastelería industrial, bollos, galletas, cereales, etc. Frutas en almíbar, agua con gas y refrescos carnonatados.
Consejos:
- No utilice sal al cocinar Consuma el sabor natural de los alimentos cocinando al vapor o en “papillote” envolviendo el alimento en papel para horno.
- Utilice potenciadores del sabor como ácidos, hierbas aromáticas y especias.
- Utilice aceites de oliva más sabrosos. El ajo y la cebolla también son buenos potenciadores del sabor.
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