La mácula es la zona central de la retina y la más importante en la visión puesto que es el área de la retina con mayor densidad de fotoreceptores.
Las enfermedades que afectan a la mácula producen una pérdida de la visión central muy severa, incapacidad para la lectura y visión distorsionada de los objetos.
De entre las diferentes enfermedades que pueden afectar a la mácula la DMAE o degeneración macular asociada a la edad es, sin duda, la más frecuente produciendo discapacidad visual en un importante porcentaje de la población mayor de 65 años.
La DMAE exudativa o húmeda es la variante más agresiva y de evolución mas rápida de la enfermedad, cursando con hemorragias y acúmulo de fluidos en el interior de la mácula dado que se generan complejos de neovasos como respuesta a la producción por parte de la mácula enferma de una sustancia denominada factor de crecimiento endotelial VEGF.
Los fármacos antiangiogénicos, la revolución en el tratamiento de las enfermedades de la mácula.
Hace unos años se aprobaron dos fármacos, Lucentis® y Eylea®, de uso intraocular que neutralizan de forma muy eficaz el efecto del VEGF en la retina. El pronóstico visual de los pacientes afectados de DMAE húmeda ha mejorado considerablemente desde que disponemos de estos medicamentos en particular si se realiza un diagnóstico precoz
Más recientemente, estos fármacos han sido autorizados en otras graves enfermedades de la mácula en las que el factor de crecimiento endotelial VEGF juega un papel principal: la retinopatía diabética y las trombosis de venas de la retina, de manera que, en la actualidad, son el tratamiento de primera línea mejorando de manera clara los resultados obtenidos con el láser.
A raíz del éxito de los antiangiogénicos en el tratamiento de las enfermedades para las cuales han sido aprobados, estos también se han empleado en otras enfermedades de la mácula tales como coroiditis central serosa, inflamaciones oculares, telangiectasias, etc.
La desventaja de los fármacos antiangiogénicos radica en que se deben administrar mediante inyección intraocular y que es necesario administrarlos durante largos periodos de tiempo y de forma repetida.
Sin duda alguna, muchas de las enfermedades de la mácula que hace unos años daban lugar a importantes pérdidas de visión han mejorado de manera clara sus expectativas gracias al empleo de estos nuevos medicamentos, si bien es importante resaltar la extrema importancia de un diagnóstico temprano y de realizar los tratamientos siguiendo estrictamente los protocolos más adecuados para cada enfermedad.
Dr. Agustín Martín Justicia – Licenciado en Medicina y Cirugía Especialista en Oftalmología Clínica Oftalmológica Dr. Cintrano (Madrid)
La información publicada en este medio no sustituye ni complementa en modo alguno la atención directa de un médico, ni su diagnóstico, ni el tratamiento que prescriba; tampoco debe utilizarse para el autodiagnóstico.
El uso que haga el lector de este servicio se realiza bajo su exclusiva responsabilidad.
ASSSA recomienda que para cualquier cuestión relacionada con su salud consulte siempre con un médico.