
Las enfermedades respiratorias crónicas más frecuentes son la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y el Asma. Destacaremos los aspectos más relevantes del Asma.
ASMA BRONQUIAL
El asma es una enfermedad respiratoria crónica, inflamatoria y de etiología no del todo conocida. Como resultado de la inflamación de la vía aérea, ésta se estrecha fácilmente en respuesta a gran variedad de estímulos (físicos, químicos o biológicos), lo que se entiende como hiperreactividad bronquial. Ello determina episodios recurrentes de obstrucción bronquial, habitualmente reversible espontáneamente o con fármacos y de intensidad variable.
En España la prevalencia es alrededor del 5’6 % (10% en niños y 3-6% en adultos). El asma en la infancia es más frecuente en los niños, incluso el doble, pero se iguala en la adolescencia y se invierte en la edad adulta.
La etiología del asma es multifactorial y parece depender de la interacción entre factores genéticos, el ambiente y varios desencadenantes específicos e inespecíficos.
Entre los factores implicados en el desarrollo del asma destacaremos tanto los agentes etiológicos implicados en el desarrollo de la enfermedad como los agentes desencadenantes o precipitantes.
– Atopia. Es la predisposición hereditaria a desarrollar reacciones alérgicas inmediatas frente a antígenos (cualquier sustancia con capacidad para producir una respuesta inmunitaria específica y de reaccionar con los productos de esta respuesta). La prevalencia de atopia en la población general es de un 20-35%. La asociación entre atopia y asma es evidente y la atopia se relaciona con la gravedad del asma y la presencia de hiperreactividad bronquial.
– Factores Desencadenantes: Neumoalergénos, Agentes sensibilizantes, Infecciones víricas, AINES (antiinflamatorios) y ácido acetilsalicílico (aspirina).
– Alérgeno. Es aquel antígeno capaz de desencadenar una reacción alérgica específica de hipersensibilidad bronquial inmediata. Cuando este alérgeno es transportado por el aire se llama neumoalérgeno. Entre los más frecuentes se encuentran los ácaros, los pólenes (gramíneas, olivo, roble, pino…), los hongos (alternaria, spergilus, penicilium…), y los alérgenos animales (perro, gato, roedores, pájaros…).
– Agentes sensibilizantes. Existen más de 250 agentes descritos y representan el 5% de asma en los adultos. Destacan harinas, metales pesados, detergentes, plásticos, medicamentos, huevos, pescado, frutos secos….
– Infecciones víricas. Las infecciones por el virus respiratorio sincitial, causante de la bronquiolitis en lactantes, durante el primer año de vida, puede dejar una mayor sensibilidad alérgica a infecciones del mismo virus de forma recurrente.
– AINES y Aspirina. Pueden desencadenar accesos graves de asma en un 5-20% de asmáticos que presenten intolerancia a estos fármacos. Como analgésico se recomienda paracetamol.
Entre los síntomas y signos más significativos del asma destacan:
–Disnea. Dificultad para respirar. Hay que aclara que la disnea no es exclusiva del asma.
-Sibilancias. Pitos o silbidos que se producen al respirar y que están relacionados con la obstrucción de las vías aéreas.
-Tos. Suele aparecer desde el inicio de las crisis. Puede ser el único síntoma.
-Opresión torácica. Es la sensación de sentirse incapaz de realizar una inspiración completa.
El tratamiento farmacológico del asma va ligado no únicamente a la eficacia de los fármacos administrados, sino a evitar los factores desencadenantes o que agraven la enfermedad (tabaco) y a una correcta educación sanitaria.
La vía inhalatoria es de elección para la administración de la mayoría de los fármacos y requiere un adiestramiento por parte del enfermo para conseguir que los fármacos actúen correctamente. Broncodilatadores y corticoides son los fármacos de elección.
Un correcto diagnóstico y tratamiento son necesarios para el control de la enfermedad, pero insuficientes. El asmático debe seguir las recomendaciones terapéuticas, debe utilizar de forma correcta los sistemas de inhalación, debe saber prevenir y actuar tempranamente ante una crisis, debe evitar en lo posible los alérgenos. El objetivo de realizar una vida social y laboral con normalidad se consigue con técnicas de educación sanitaria y en ello estamos inmersos tanto el personal sanitario como los propios enfermos.
Dr. Juan Antonio Andreo Ramírez – Director Médico de ASSSA
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