El Ictus cerebral o accidente cerebrovascular es en la actualidad uno de los problemas de salud más importantes. Podemos decir que es la tercera causa de muerte en occidente y la primera causa de invalidez en los adultos. Es una enfermedad que dependiendo de las secuelas condiciona mucho a las personas que la han padecido. El Ictus consiste en un déficit neurológico producido por la disminución importante del flujo sanguíneo cerebral, bien de forma brusca, ictus isquémico, o bien por hemorragia por la rotura de un vaso cerebral, ictus hemorrágico.
En España existe una incidencia de 200 casos anuales por cada 100.000 habitantes y prevalencia del 3,5% en la población mayor de 64 años. Por sexos es la primera causa de mortalidad en mujeres. El 17% de los pacientes que han sufrido un ictus son dependientes a los 6 meses. Su repercusión en la vida de los afectados y sus familias, tanto económicamente como personal, convierten el daño cerebral adquirido en un problema sociosanitario de primera magnitud.
El ictus isquémico llamado infarto cerebral se presenta cuando se da una irrupción súbita del flujo sanguíneo, se produce con la oclusión de una arteria cerebral, lo que lleva a una zona infartada. La oclusión de la arteria se pude producir, bien por arterioesclerosis de la arteria, bien por un émbolo que puede provenir del corazón o de las arterias carótidas del cuello, de las que se desprende un trozo de la placa ateromatosa de sus paredes, y sube hasta la arteria cerebral que la ocluye. En ocasiones presenta el ictus un origen vascular o hemodinámico como estenosis de las arterias por vasoconstricción reactiva, o por hipotensión arterial grave o disminución del gasto cardíaco.
El cuadro clínico en el ictus es variado, pérdida de fuerza en el brazo y en la pierna o parálisis de la cara (hemiparesia o hemiplejia), dificultad para expresarse hasta la pérdida completa del habla, llamada afasia, inestabilidad en la marcha, mareos, dolor de cabeza brusco e intenso asociado a otros síntomas, pérdida de visión parcial o total. Los ACV leves presentan síntomas que a veces pasan inadvertidos como pequeña desorientación, hormigueos, episodios amnésicos leves y mareos.
En los accidentes cerebrovasculares hay que destacar que son episodios transitorios que pueden durar desde 1 hora hasta 24 horas que remiten totalmente, de índole motor sensitivo, amnésico o de lenguaje, son transitorios porque no llegan a producir infarto en el tejido cerebral, al recanalizar las arterias afectadas en poco tiempo, remitiendo los síntomas, aunque constituyen avisos de que algo no va bien en la circulación cerebral que hay que subsanar con medidas preventivas.
Las medidas preventivas son fundamentales, se debe actuar contra los factores de riesgo vascular, por ejemplo, evitar el tabaco, alcohol, control de la tensión arterial, el colesterol, la diabetes, el sedentarismo, la obesidad y el estrés. Llevar una vida sana haciendo deporte, una dieta saludable, comiendo verduras, frutas, proteínas, grasas poli-insaturadas, poca sal, evitar excesivos carbohidratos y controlar la ingesta de grasas saturadas.
Por lo demás en la mayoría de los hospitales existen unidades de ictus, para el tratamiento precoz de esta enfermedad, como trombolisis y fibrinolisis endovascular. Para disolver el trombo si lo hubiera y mejorar la sintomatología post ictus. Es de gran importancia la rehabilitación o fisioterapia para mejorar las secuelas de Ictus.
Dr. Eugenio Lecanda Neurólogo – Doctor en Medicina y Cirugía, Medimar Hospital Internacional
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