Las lentes intraoculares son lentes artificiales transparentes que se implantan en el ojo para corregir diferentes problemas de visión. Existen dos grandes tipos según las necesidades: fáquicas y pseudofáquicas.
Por un lado, las lentes fáquicas se colocan en el ojo detrás del iris y delante del cristalino (la lente natural del ojo), en un espacio llamado cámara posterior. Con estas, se mantiene la anatomía original del globo ocular, sin sustituir o alterar ninguna estructura del ojo y manteniendo el cristalino. Están especialmente indicadas en pacientes jóvenes que tengan un problema refractivo (miopía -mala visión lejana-, hipermetropía -mala visión cercana- o astigmatismo -visión borrosa a todas las distancias-) y que, por tener la córnea demasiado fina o graduaciones muy altas, no son candidatos a la cirugía láser.
Por su parte, las lentes pseudofáquicas se suelen utilizar en los pacientes a partir de los 40-45 años para sustituir el cristalino que, con el paso de los años, ha envejecido ocasionando que el paciente sufra presbicia y no pueda ver los objetos cercanos (la falta de elasticidad del cristalino provoca que vaya perdiendo su capacidad de enfoque). También se utilizan en pacientes más mayores, a partir de los 60-65 años, que padecen cataratas ocasionadas por la opacificación del cristalino y con síntomas como visión borrosa, halos o pérdida de intensidad en la visión de los colores.
Características de las lentes fáquicas
Están fabricadas de un material biocompatible llamado colámero. Son personalizadas, ya que se fabrican para cada paciente, y pueden corregir varios defectos visuales a la vez. Realizan una función similar a una lente de contacto, pero al estar ubicadas en el interior del ojo, tienen la ventaja de no producir molestias y de ser invisibles para cualquier observador.
Se colocan en el ojo del paciente a través de unas incisiones mínimas de 2 milímetros. Se introducen enrolladas, posteriormente se despliegan en el interior del ojo y las incisiones, al ser tan pequeñas, se autosellan sin necesidad de puntos de sutura.
La operación dura alrededor de 10 minutos y es habitual que se opere primero un ojo y a la semana siguiente el otro. El paciente podrá volver a su casa con el ojo destapado y la recuperación visual es muy rápida.
Ventajas de la intervención
La cirugía refractiva con lente fáquica destaca por su eficacia, seguridad y predictibilidad. Además, al no modificar ninguna estructura del ojo, es reversible.
Las operaciones son sencillas para el paciente, ya que habitualmente se realizan de manera ambulatoria (sin hospitalización), con anestesia tópica (gotas) y el tiempo de recuperación suele ser corto, con un postoperatorio generalmente muy cómodo y llevadero.
Esta operación es una buena opción para solucionar los problemas de visión en el caso de que, por las circunstancias del paciente, no se pueda realizar la cirugía laser, haciendo posible que los pacientes experimenten una gran mejoría en su calidad de vida.
Dr. José Luis Ramos
Oftalmólogo
Director Médico de Clínica Baviera Málaga