
Son lesiones producidas en los tejidos, tanto por el calor como por el frío o por agentes químicos o eléctricos. Las quemaduras son un tipo de lesión bastante frecuente, sobre todo en el hogar.
A menudo ocasionan secuelas funcionales o estéticas (cicatrices) importantes y difíciles de tratar. Diariamente y sin darnos cuenta nos exponemos a distintas fuentes de calor que, con frecuencia, son la causa de una quemadura (cocina, llamas, planchas, cazuelas, sartenes, aceite hirviendo, agua hirviendo, etc.), también por contacto con agentes eléctricos o productos químicos usados en la limpieza del hogar.
La piel está formada por tres capas, epidermis (la más superficial), la dermis (con las glándulas sebáceas y sudoríparas) y la hipodermis (capa más profunda y donde se encuentran los vasos sanguíneos y las terminaciones nerviosas).
La gravedad de una herida dependerá fundamentalmente de la extensión y de la profundidad. Intervienen otros factores como son la edad, el tiempo de exposición, el agente causal y la localización.
Según las lesiones que apreciemos hablaremos del grado de profundidad.
- Las más superficiales y que afectan solo a la epidermis se caracterizan por un enrojecimiento de la piel (eritema). Son las llamadas quemaduras de primer grado.
- Las quemaduras de segundo grado afectan a la epidermis y la dermis se caracterizan por la aparición de ampollas (en su interior plasma sanguíneo). No se deben romper nunca.
- Las quemaduras más graves son las que afectan a la capa más profunda (hipodermis), donde se encuentran vasos y nervios. Se producirá una destrucción y muerte del tejido y aparecerá una costra o escara. Serán indoloras al destruirse las terminaciones nerviosas.
Ante una quemadura lo primero que tenemos que hacer es apartar la fuente de calor (“proteger”). Desenchufar la plancha y ponerla de pié, tapar la sartén si ha cogido fuego, cortar la corriente, etc. A continuación, procederemos a “enfriar” la quemadura inmediatamente, colocando la zona afectada bajo un chorro de agua fría durante un mínimo de 10 minutos o introducirla en un recipiente con agua fría. No usar pomadas o ungüentos y cubrir con un apósito húmedo estéril o limpio si no disponemos de otra cosa y sujetar con una venda. No aplicar presión sobre la zona. Si es en manos o pies, colocar gasa entre los dedos antes de vendar. Si es en el cuerpo, no quitar la ropa. Nunca romperemos las ampollas por el riesgo de infección.
Las quemaduras deben ser evaluadas y tratadas, tras los primeros auxilios, por un profesional sanitario y si es grave (niños, ancianos, de tercer grado, extensa, eléctrica, por agentes químicos…) se debe trasladar urgentemente a un centro hospitalario, a la unidad de quemados.
Dr. Fernando Ruiz Valiente-Traumatología y Cirugía Ortopédica
La información publicada en este medio no sustituye ni complementa en modo alguno la atención directa de un médico, ni su diagnóstico, ni el tratamiento que prescriba; tampoco debe utilizarse para el autodiagnóstico.
El uso que haga el lector de este servicio se realiza bajo su exclusiva responsabilidad.
ASSSA recomienda que para cualquier cuestión relacionada con su salud consulte siempre con un médico.